Programa de Víctimas Educadoras

 

El Programa de Víctimas Educadoras ESKUtik-de la MANO nos acerca a las víctimas con esa mano que extiende los cinco dedos, que ofrece cercanía, solidaridad, empatía, respeto, que trabaja por una sociedad más justa y ética basada en una convivencia pacífica y democrática. Es la mano que palpa, toca, siente, comparte el tacto de otras manos, que con ellas se hace fuerte en el presente para no repetir las injusticias cometidas en el pasado. Es la mano que invita al encuentro y al reconocimiento del dolor y del sufrimiento ajeno.

La presencia de víctimas en las aulas acerca de una manera directa realidades vividas que han generado un inmenso sufrimiento. Los mensajes de reparación, reconstrucción personal y deslegitimación de la violencia, ayudan a palpar y a sentir el dolor de una injusticia que nunca debió ocurrir y que no debe repetirse, y posibilitan canales de solidaridad y empatía espontáneos en un intercambio de emociones bidireccionales. 

Este programa pedagógico, integrado en el programa “Escuelas con memoria, por la paz y la convivencia”, inició su andadura en el curso 2018-2019 con una experiencia piloto. Se seleccionó y preparó a un grupo de víctimas  para que ofrecieran su testimonio en las aulas de 4º curso de la ESO y  1º de Bachiller de centros educativos de secundaria públicos y concertados, en la Universidad y en los centros de Formación Profesional de Navarra, con un objetivo educativo. Las víctimas que están dispuestas a prestar su testimonio se convierten en víctimas educadoras, personas transformadoras.

El programa incluye los testimonios directos de las víctimas como el elemento central de la propuesta, considerando que dichos testimonios tienen una gran fuerza para transformar y educar positivamente las ideas, actitudes y emociones del alumnado que los reciba. Los aprendizajes de dignidad humana, convivencia y empatía son claves en el proceso educativo.

Se ofertará anualmente a todos los centros educativos de Navarra para que puedan inscribirse y llevar a cabo la propuesta educativa.

 

Estas son algunas de las aportaciones que han compartido con nosotros víctimas, alumnado y profesorado que han participado en el programa:

 

VÍCTIMAS

Yo necesitaba contarlo porque durante años ha habido un pensamiento generalizado de que “lo sucedido no tuvo importancia””.

La deslegitimación de la violencia era el objetivo esencial para compartir este proyecto. Es clave. Es el beneficio que yo buscaba. Se ha conseguido. Ha sido gratificante.

Víctima Educadora, me parece una palabra maravillosa. Requiere una evolución personal por encima de odios y venganzas para poder enseñar algo.

Me ha sorprendido la capacidad de empatizar de los chavales y de las chavalas.

ALUMNADO

A mí cuando nos contó su historia empaticé con él y me metí mucho en lo que estaba contando, como si me hubiera pasado a mí, y me pareció que es una persona muy fuerte por varias razones. Por haber sido capaz de superar la muerte de alguien que seguramente fue muy importante para él, y que sea capaz de contarlo tan fuerte como parecía, aunque seguro que por dentro no estaba así y lo entiendo.

Creo que lo más interesante de la charla ha sido adentrarnos a ver lo que has sentido desde tu perspectiva y desde todas las miradas que rodean a la muerte y al sufrimiento. Por otra parte, la víctima nos ha demostrado que las ideologías se dejan a un lado si la violencia está de por medio. Esto me ha llevado a una inevitable conclusión: que las víctimas son víctimas independientemente de lo que pienses y que la violencia no detiene problemas sino que los extiende.

PROFESORADO

Para mí, como educador, ha sido una experiencia muy bonita. Creo que ha sido muy buena para el alumnado y para la víctima. Personalmente me he sentido muy cómodo y con la seguridad necesaria para ello. Son de esas experiencias que “tiran de uno hacia delante” porque sientes que estás sirviendo a la mejora de la sociedad. Y, como educador y ciudadano, esto es muy importante para mí.