Fosa de Olabe

 

Se trata de la fosa común más grande hasta ahora exhumada en relación a la represión desatada tras la gran fuga del penal del Fuerte de San Cristóbal el 22 de mayo de 1938. 795 reclusos huyeron monte a través intentando llegar a Francia. Sin embargo, la persecución se organizó rápidamente, lo que anuló las posibilidades de éxito. Únicamente tres fugados lograron atravesar la frontera. La mayoría fueron detenidos, pero 206 presos fueron asesinados extrajudicialmente y enterrados en campos, montes y cementerios. Estas personas fueron seleccionadas arbitrariamente, ya que no habían hecho nada diferente que el resto de fugados. Se trataba, por tanto, de infringir un castigo indiscriminado. 

En la Fosa de Olabe se enterraron los cuerpos de dieciséis fugados, que todavía no han podido ser identificados. Su exhumación se realizó en febrero de 2016. Posteriormente, en 2017 el ayuntamiento de Oláibar ha erigido en el lugar un espacio conmemorativo que recuerda a estas dieciséis personas, en el que se realizan actos memorialistas y también del programa “Escuelas con memoria”.  De esta manera, ese espacio de terror ha sido resignificado como espacio para la convivencia y la memoria.

El conjunto memorial se erige en torno a la cárcava en la que estaban enterrados los dieciséis restos exhumados en 2016, que está protegida y rodeada por una soga apoyada en varios soportes de madera. A sus pies hay un monumento en acero cortén con dieciséis vanos que representan a los asesinados en el lugar. El conjunto se completa con un monolito. El espacio que lo rodea ha sido acondicionado con un suelo de arena.